Esta película es digna de que deje las rayadas mentales habituales a un lado y me concentre en el cine. Y que película, bueno, mejor dicho, que obra maestra.
Una vez más el cine argentino se eleva a lo más alto en una historia que entremezcla el juego del amor idealizado con el crimen y el castigo. Un hombre que se enfrentará a una trama de acontecimienos que márcara su vida y que veinticinco años después todavía siente como late incesantemente en su memoria el caso 'morales', que le embarcará en una búsqueda entre la verdad y el recuerdo.
Pocos son los largometrajes que llegan a lo más alto. Solo lo hacen aquellos que tocan valores, aquellos que durante los créditos nos hacen decir 'bravo', aquellos que nos estremecen y que desde ese momento nos acompañan el resto de nuestras vidas, completándonos, definiendonos.
Bravo Campanella, bravo
Sara y su ADV
Hace 5 horas
Oh, que interesante la veré, gracias por seguir :)
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